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¡Una sorpresa muy agradable! Cuando llegas al restaurante, no esperas lo que encontrarás cuando bajas al sótano (que es donde realmente encuentras restaurante, cocina, etc.). Es como un viaje al pasado, al tradicional. una espaciosa sala de estar, muy grande y con mucha decoración antigua, historias, un televisor de tubo iluminado, una agradable calidez que representa una vieja estufa y a su vez la gran rejilla del fondo. Una vez que te enamoras del lugar, cuando te tratan, ya estás enamorado de él. tratamiento muy familiar y extremadamente amistoso y cariñoso constantemente. Mucha atención en todos los detalles, te cuentan todo muy bien y se preocupan de que siempre te sientas como cuando vas a comer en la casa de tu yaya (dijo dolores, el dueño . tony, al fuego, preparando las carnes, le encanta hablar con los comensales, contar historias, chistes, hacer reír a los niños. uno realmente se siente como en casa. y la comida. delicioso. todo muy acogedor. la carne lo hace a su gota, es notable que es de alta calidad. mi novia y yo ordenamos el menú de 30€/pers (hay menús de 20, 30 y 35€/pers que incluían papas olot, delicioso, lleno de foi y atún. a partir de segundo una ensalada de monchests pasada por el braise y con especias y menta y un par de pedazos de tocino braziliano, impresionante. los postres muy buena presentación y sabor y el café que pedí, delicioso. Por último, un lugar para venir sin prisa, con hambre, un lugar para descansar del bullicio de la ciudad y donde te sientes arrodillado desde cuando llegas y donde comes muy bien. Estoy seguro de que volveremos más de una vez. P.D: Si vienes aquí pensando que es como ir a la cruz de Jordi abac, o los donalds de mc o el kebab en tu vecindario. Será mejor que no vengas. Aquí vienes a disfrutar y te llevas y asiste sin pretensiones.