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Y así hicimos! Un día antes con el diluvio que caía sobre Soria, nos refugiamos en el Tribeca, nos sentamos y el jefe nos sirvió dos cañas y tapa, menudo genio tiene el figura! Aún así congeniamos y prometimos venir a cenar, y tras la promesa nos sentamos en un mesa y con mantel de papel cenamos una ensalada Tribeca de lo más tradicional con sus trozos de piña y pollo, dos banderillas de gigantes, unos chocos para un regimiento y una tortilla triste triste.... Tras darnos cuenta que cenamos en exceso y pagamos menos de lo que se pagaría en cualquier capital, le dimos las gracias al jefe y todos contentos. Vayan....vayan al Tribeca que los sorianos lo frecuentan ! Gracias Jefe!