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de vuelta desde Andorra, en la carretera c14, justo más allá del seu d'ugell, en el pla de san tirs y un poco fuera de la carretera, es el peridu d'argent. debe tomar un camino a veces asfaltado y a veces aterrizar y llegará al restaurante, a unos 500 metros del desvío. Cuando llegue la primera sorpresa. un enorme pero hermoso comedor con exquisita decoración. el mejor, el techo completamente abovedado en el centro y suelos de madera, madera. las mesas muy bien vestidas y la mejilla, inmaculado. Nos trató de dolores, es una mujer encantadora. la comida, de cocina alta pero sin flores superfluas. comida tradicional pero de excelente calidad. la exquisita y reconfortante escudella, el delicado boletus rabiolis, los canelones en su punto y las costillas tejidas de la Tiernisima, acompañado de verduras en tempura, que eran un verdadero placer. los flancos sobresalientes, acompañados de algunas galletas. repetimos las cookies. Y una jarra de chocolate que salió del mundo. y todo esto en un ambiente de música suave y sin un solo ruido añadido y con 2x2 ventanas para ver un paisaje otoñal totalmente relajante. una experiencia para todos los sentidos a un precio más que el ajo. Fuimos cuatro personas y salimos a 30 euros por comensal.