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Realicé la reserva comunicando que dos comensales éramos alérgicas (yo en concreto a los frutos secos). A la hora de ponernos el postre, el camarero o en cocina desconocían (un tanto extraño ya que el camarero me ha atendido en otras ocasiones y un camarero normalmente suele conocer los productos a no ser que sea nuevo) que la tarta de zanahoria tenia frutos secos (tampoco está indicado en la carta de alérgenos) por lo que me la pusieron y tras haber comido, vino el camarero para decirme que si tenia frutos secos (llegamos a pensar que era una broma), rápidamente tuve que llamar a urgencias y desplazarme al centro de salud de urgencia más cercano. Al salir del restaurante, el camarero compañero al que nos atendió hizo el gesto de devolvernos el dinero de la tarta diciendo Os devolvemos el dinero de la tarta ya que no habéis podido disfrutarla , sin duda de vergüenza, en vez de preguntar cómo estaba y disculparse por el altercado. Peor aún ya que, sino me equivoco, el encargado del local estaba presente y tampoco se interesó. Una pena porque ya he estado más veces allí, me encanta la comida y siempre salía muy satisfecha, pero errores como el de ayer me pueden costar la vida a mi o a otro/a cliente.