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Média de Avaliação
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Bueno, qué decir de este lugar, de la anfitriona, de la comida... Cualquier cosa se me antoja escasa. La mejor experiencia gastronómica que hasta la fecha he podido disfrutar. No es solo el cariño a la cocina y al producto, se refleja en el sabor y calidad, sino es la sensación de ir a visitar a un familiar y que te dispense la confortabilidad de un hogar. Todo muy cuidado, un ambiente cálido y mágico se podría decir. La experiencia no es solo al paladar, es desde que llamas a la puerta de la casa, porque es una casa y no un restaurante al uso,hasta que te marchas de allí con la pena de no seguir conversando con Olga. Vamos a volver, no dudo, y será una vivencia totalmente distinta, y ahí radica la excelencia.