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Média de Avaliação
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Durante mis peregrinaciones por los reinos de lo conocido, me topé con una encantadora taberna en Valladolid, cuyo ambiente me cautivó desde el primer momento. Buscando calmar mi sed de aventura, pedí un ron con Coca-Cola, una mezcla embriagadora tan oscura y efervescente como la noche. Complementé mi bebida con unas deliciosas quesadillas rebosantes de queso y unas patatas bravas picantes que podrían revivir a un dragón dormido. El personal, cuya belleza no se podría medir, me atendió con esmero, destacando un joven robusto con camiseta de Hulk y moño, cuyo servicio impecable merece ser alabado en canciones. Sin duda, esta taberna será mi parada obligatoria en futuras visitas a Valladolid, un lugar impregnado de hospitalidad excepcional.